La familia, centro de la vida social
Una de las pocas características que comparten todos los habitantes de Borneo es el papel dominante que desempeña la familia en la vida cotidiana. En Malasia Peninsular y Oriental, Kalimantan y Brunei Darussalam, la familia es la base inquebrantable de la sociedad. Representa el núcleo principal de la vida social, independientemente de la afiliación étnica o religiosa. La familia forma una unidad cuyos intereses priman sobre los del individuo. Las acciones de uno de sus miembros pueden tener consecuencias para la imagen de la familia y, por tanto, mejorar o dañar su reputación en la comunidad a la que pertenece. Cada individuo trata de no "perder la cara" para no acarrear el oprobio a su familia, su comunidad y su país. Este concepto, muy extendido en el sudeste asiático, anima a la gente a no enfadarse, a evitar la confrontación pública y a mantener relaciones pacíficas con todo el mundo. Los miembros de la familia se ayudan y apoyan mutuamente, tanto económica como socialmente. El cabeza de familia suele ser el padre, pero también se respeta mucho a los ancianos, que suelen encargarse de los asuntos familiares importantes. Las familias suelen incluir tres o cuatro generaciones viviendo bajo el mismo techo, y las parejas suelen desear tener muchos hijos. Esta práctica está desapareciendo gradualmente en las zonas urbanas de Malasia, donde la pareja tiende a convertirse en la estructura principal, ya que las generaciones más jóvenes tienen una mentalidad cada vez más individual y "occidentalizada". Fuera de las ciudades, el concepto de familia suele incluir a los miembros de la familia extensa (tíos, tías, hermanos, hermanas, etc.). Los distintos miembros de una familia se reúnen en su pueblo de origen para las fiestas religiosas y de calendario importantes, así como para acontecimientos significativos de la vida familiar (bodas, nacimientos, defunciones). Sin embargo, la estructura familiar dayak es ligeramente diferente. Comparten su casa tradicional, la longhouse, con toda la comunidad. Esta "casa del pueblo", que a veces puede albergar a más de cien personas bajo el mismo techo, es un largo edificio sobre pilotes, con una larga sala común que lo atraviesa y habitaciones separadas para cada hogar. Tradicionalmente, las familias dayak están muy unidas. El jefe de la tribu, que vive en el centro de la "longhouse", tiene poder de decisión sobre diversos aspectos de la vida comunitaria, como el respeto de las tradiciones y costumbres, las ceremonias religiosas y la resolución de disputas.
Boda
Aunque las tradiciones difieren según el origen étnico y religioso de las familias, casarse y tener hijos representa la culminación de toda una vida. Es habitual que los hombres opten por una esposa más joven para aumentar las posibilidades de tener descendencia numerosa, y la poligamia sigue existiendo en algunas partes de la isla. Los matrimonios interétnicos son raros, y las uniones entre personas de distintas religiones lo son aún más. De hecho, el Tribunal Supremo de Indonesia prohibió los matrimonios entre personas de distintas religiones en 2023. Los malayos de las zonas urbanas suelen casarse cuando terminan sus estudios. La unión entre dos malayos suele ser fruto de una relación romántica, pero a veces los padres conciertan matrimonios para sus hijos. Otras comunidades intentan mantener sus tradiciones en la medida de lo posible. Tradicionalmente, los padres indios de la misma casta, o de estatus social y económico equivalente, conciertan la unión de sus hijos. Por encima de todo, una boda india supone una alianza entre dos familias para formar una entidad mayor y más fuerte. Al final de la ceremonia, la nueva esposa abandona el capullo familiar y se va a vivir con la familia de su marido, donde es responsable de la gestión del hogar. Entre los dayak, es el marido quien abandona su longhouse para trasladarse a la comunidad de la novia. Los chinos suelen centrarse más en el éxito profesional y el buen funcionamiento del negocio familiar. Su dedicación al trabajo suele ir en detrimento de la familia, y el matrimonio pasa a un segundo plano.
Educación
En toda la isla se valora mucho la educación de los niños. Comienza en la familia, donde se inculcan los valores tradicionales de la comunidad y el respeto a los mayores. La escuela es obligatoria para todos los niños en Malasia, Indonesia y Brunei.
Malasia. La enseñanza pública es gratuita y obligatoria durante los 11 primeros años de escolarización, 6 de primaria y 5 de secundaria, el equivalente a nuestros colegios. El diploma SPM(Sijil Pelajaran Malaysia), equivalente al baccalauréat francés, se obtiene al finalizar el curso y permite acceder a la enseñanza superior a quienes lo deseen. Malasia Oriental cuenta con dos universidades públicas,la Universiti Malaysia Sarawak (UNIMAS) yla Universiti Malaysia Sabah (UMS). En teoría, el sistema educativo garantiza la igualdad de oportunidades. En la práctica, sin embargo, existe segregación comunitaria y problemas relacionados con las lenguas utilizadas para la enseñanza. El dominio del inglés se considera una ventaja innegable para los padres que quieren maximizar las oportunidades profesionales de sus hijos. Los niños de familias acomodadas asisten a escuelas internacionales. La comunidad china tiene su propia red de escuelas donde se enseña sistemáticamente el mandarín y a las que asisten la mayoría de los niños de origen chino. Los indios también tienen algunas escuelas públicas. Entre las etnias indígenas de Borneo, su cultura y tradiciones aún se transmiten a las generaciones más jóvenes de forma oral.
Kalimantan. En toda Indonesia, la escolarización es obligatoria durante los 9 primeros años (6 de primaria y 3 de secundaria). Con una población predominantemente musulmana, la escuela coránica(pesantren) desempeña un papel importante en la educación de los niños, sobre todo en las zonas remotas. La enseñanza religiosa es obligatoria desde la escuela primaria. El gobierno indonesio concede ventajas a los estudiantes musulmanes, como becas de educación, préstamos bancarios y un acceso más fácil a la vivienda. Este favoritismo ha provocado la indignación de los residentes de origen chino e indio, considerados injustamente ciudadanos de segunda clase.
Brunéi Darussalam. Desde enero de 2013, la educación islámica es obligatoria para todos los niños musulmanes de entre 7 y 15 años. El incumplimiento de esta ley tiene graves consecuencias para los padres. En los libros de texto no se enseñan otras prácticas religiosas, y está terminantemente prohibido que los no musulmanes hablen de su religión en público. El gobierno de la Sultanía también tiende a favorecer a los alumnos musulmanes en detrimento de los de otras comunidades.