Hong Kong, la ciudad de los 10.000 rascacielos

Conocida en todo el mundo por su espectacular skyline, en 2024 Hong Kong tendrá casi 50.000 edificios, entre ellos 10.000 rascacielos de más de 14 plantas. Es el doble de altura que Nueva York, lo que la convierte en la ciudad más alta del mundo Entre los rascacielos emblemáticos de la ciudad, el Centro de Comercio Internacional -conocido como ICC-, con 484 metros y 108 plantas, es el edificio más alto de Hong Kong y el decimotercero del mundo. En la isla de Hong Kong, el IFC 1&2 (International Finance Centre), de 415 metros de altura, domina el paisaje. Lo que diferencia a Hong Kong de otras megalópolis es la sorprendente concentración de estos edificios. De hecho, de una superficie total de 1.100 km2, el 40% está clasificado como reserva natural y las zonas edificadas sólo representan el 25% del territorio esto significa que 7,5 millones de personas se concentran en 275 km2, lo que da una densidad de población real de 27.200 habitantes/km2. Los rascacielos de Hong Kong, ya sean ligeramente decrépitos o ultramodernos, no sólo son estructuras impresionantes; también cuentan la historia de la evolución de la ciudad. En una ciudad donde el espacio es limitado debido a su terreno montañoso, la verticalidad surgió como una solución arquitectónica esencial a partir de los años 1950-1960, cuando Hong Kong experimentó un fuerte crecimiento económico correlacionado con una gran demanda de viviendas y oficinas. El edificio Yik Cheong, apodado el Edificio Monstruo, se construyó en la década de 1960 para alojar a los inmigrantes chinos que llegaban a Hong Kong para trabajar. Este complejo, que aparece en varias películas, puede albergar a 10.000 personas.

Una mezcla de influencias chinas e inglesas

Hong Kong es una ciudad donde Oriente se encuentra con Occidente, y su arquitectura refleja esta mezcla única de influencias chinas y 156 años de colonización británica, entre 1841 y 1997. La arquitectura colonial británica se aprecia en muchos de los edificios emblemáticos de la ciudad, como el Legco (Consejo Legislativo), construido en 1912 con sus columnas corintias y su imponente cúpula, el Mercado Occidental, la Catedral de San Juan y la Casa de Gobierno, que ostenta una fachada neoclásica rodeada de exuberantes jardines y fue residencia de los gobernadores británicos. Ahora es la residencia principal del Jefe del Ejecutivo. Al mismo tiempo, la arquitectura tradicional china también está muy presente, sobre todo en los templos, mercados y parques diseminados por la ciudad y las islas. El templo Man Mo, uno de los más antiguos y bellos de Hong Kong, es un ejemplo perfecto de arquitectura china, con sus tejados curvos de tejas verdes, sus esculturas de madera y sus faroles rojos. Este lugar sagrado, dedicado a los dioses de la literatura y la guerra, es un oasis de espiritualidad en el corazón del bullicioso barrio de Sheung Wan. El Jardín Nan Lian, junto al templo del Convento Chi Lin en Kowloon, es un bello ejemplo de jardín chino de la dinastía Tang, con sus pabellones de madera, estanques y vegetación cuidadosamente recortada.

Consejo: se han trazado rutas patrimoniales para que pueda explorar estos emblemáticos edificios por su cuenta. Le recomendamos que siga las Rutas del Patrimonio Central y Occidental (secciones A y B de la Ruta de Sheung Wan).

La influencia del feng shui

El feng shui, literalmente viento y agua, es un antiguo arte chino de armonizar los espacios vitales con las fuerzas naturales del entorno. En Hong Kong, el feng shui se integra en el diseño de los edificios e influye en todo, desde la orientación de las estructuras hasta la distribución de las habitaciones. No es raro que los constructores o arquitectos de rascacielos recurran a un maestro de feng shui para asegurarse de que su proyecto tiene un buen feng shui, porque lo contrario puede tener repercusiones financieras, como en el caso de la Torre Lippo, que tiene dificultades para llenar sus oficinas debido a lo que se considera un feng shui deficiente. La Torre del Banco de China, diseñada por el arquitecto I. M. Pei, uno de los edificios más reconocibles de la ciudad, ha causado polémica por sus ángulos agudos, que, según el feng shui, emiten energías negativas que afectan a los edificios circundantes. En cambio, su vecina, la Torre HSBC de Norman Foster, es famosa por su excelente feng shui, debido por ejemplo a una planta baja abierta que permite la circulación del aire. Otro ejemplo es el Centro Financiero Internacional (CFI), donde el feng shui desempeñó un papel crucial desde la fase de diseño (orientación, disposición de las entradas, forma de la torre, etc.) para maximizar el flujo de energía positiva y atraer así la prosperidad y el éxito. Otro hecho destacable es que las puertas del dragón son grandes aberturas rectangulares en ciertos edificios de Hong Kong para permitir al dragón circular entre la cima de la montaña y el mar, a fin de no perturbar su tranquilidad.

Los retos arquitectónicos del mañana

El primer reto es la sostenibilidad. Con el cambio climático y la necesidad de reducir las emisiones de carbono, Hong Kong debe replantearse la arquitectura de sus rascacielos para hacerlos más respetuosos con el medio ambiente, ya que el 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la ciudad proceden de los edificios. Ya se han puesto en marcha iniciativas para mejorar la eficiencia energética de los edificios, utilizando tecnologías como fachadas inteligentes, paneles solares, sistemas de ventilación natural, tejados verdes y reutilización del agua de lluvia. En el Admiralty, una de las últimas torres que se levantarán en 2024, la Henderson, incluye muchas de estas tecnologías.

Otro reto crucial es el de preservar el patrimonio cultural e histórico frente a la expansión urbana. La integración armoniosa de lo antiguo y lo nuevo es esencial para mantener la identidad única de Hong Kong. Proyectos recientes, como la renovación de la antigua Prisión y Comisaría de Policía de Hong Kong en Tai Kwun - Centro para el Patrimonio y las Artes, ilustran este enfoque. Desde su apertura en 2018, este complejo se ha convertido en una de las principales atracciones de Hong Kong, reuniendo museos, cafés, restaurantes y tiendas en un edificio histórico bellamente renovado.