Una flora abundante..
En La Mancha, el paisaje, a menudo marcado por el bocage, ha sido objeto de una mínima concentración parcelaria. En la segunda mitad del siglo XX, se presentaba como una forma moderna de optimizar el terreno, creando una única y vasta parcela donde antes había decenas, pero en la Mancha, este frenesí se frenó rápidamente. Más allá de la cuestión de los rendimientos, aquí se comprendió muy pronto que procediendo así se atentaba contra la naturaleza, empezando por la flora: los setos destinados a desaparecer tienen una vocación de regulación natural, sobre todo en lo referente al agua, y favorecen la diversidad de las especies presentes. También se ven aquí muchas laderas arboladas, útiles para la naturaleza. Por otra parte, en lo que respecta a las flores, las hortensias y las camelias crecen aquí en un lugar especialmente favorable: el clima oceánico y la relativa suavidad obligan. Los bosques son más bien escasos, y sólo cubren el 4% de la superficie del departamento: una de las proporciones más bajas de Francia, y casi el 95% pertenece a propietarios privados. Los bosques de Cerisy, Saint-Sauveur-le-Vicomte y el bosque de Mingrey figuran entre los más importantes. Al mismo tiempo, los huertos, que son una forma de imagen del departamento, siguen siendo numerosos: ¡la producción de sidra es imprescindible! Por último, hay algunos páramos. Más recientemente, han aparecido palmeras aquí y allá, pero su finalidad es estrictamente ornamental.
...y una fauna diversa en el mar..
Sus aguas son un paraíso para los pescadores, que encuentran rémol, bacalao, lubina, congrio, dorada y muchas otras especies. Y lo que es más sorprendente, los mamíferos marinos han resurgido en las últimas décadas, empezando por los delfines Pueden medir hasta 7 metros y suelen disfrutar nadando junto a los barcos. Por supuesto, son inofensivos y son objeto de estudios y observaciones por parte de asociaciones dedicadas a ellos. Otro mamífero, la foca terrera: las colonias regresan a la Mancha desde hace un cuarto de siglo, principalmente en la bahía del Mont-Saint-Michel. ¡Hay que decir que estas focas son tranquilas en esta inmensidad! A veces se ven otras colonias en la costa este del Cotentin.
...en la tierra..
En tierra firme, la fauna también es importante, y la Mancha tiene sus propias razas animales. La oveja, por ejemplo, incluida la Roussin de la Hague -especie que acaba de salvarse de la extinción-, es un cruce de dos líneas, una bretona y otra anglonormanda. De color blanco, con una atractiva cabeza marrón y sin cuernos, es muy suave y su lana es muy apreciada: algunos la venden en las tiendas locales. Otras ovejas, las de los prados salados, domesticadas, pastan tranquilamente en los prados cercanos al mar: son parte integrante del paisaje local. Otro emblema de la fauna local es el asno de Cotentin, al que algunos siguen llamando "bodet". Estuvo a punto de desaparecer hace unos cuarenta años, y fue necesaria la determinación de los aficionados para salvar la raza. Puede medir hasta 1,30 m y su pelaje gris tiene una cruz de San Andrés en el borde de la cola. Increíblemente mansos, hacen las delicias de grandes y pequeños. También es difícil no hablar de los caballos, ¡uno de los emblemas de Normandía! Si hay tantas yeguadas o centros ecuestres, es porque aquí los equinos se sienten como en casa En la Mancha no abundan las granjas de cría de lujo (esto es más bien prerrogativa de nuestros vecinos de Deauville), aquí se monta a caballo para todos Siempre en el ámbito ecuestre, verá el Cob normando, cuya función inicial era la de carruaje. De tamaño mediano y aspecto robusto, es un caballo de tiro muy manejable y afable. Otro animal con el que se cruzará a menudo por aquí es la vaca normanda: su color blanco y sus manchas, que según el rebaño oscilan entre el marrón y el negro, son perfectamente reconocibles.
...¡y en el aire!
Los observadores de aves se encuentran aquí en el paraíso, tanto que hacer un inventario de las aves puede resultar muy complicado, si no imposible. En las marismas del centro del departamento, los patos (cerceta pardilla, polla de agua y ánade real, sobre todo) están muy presentes. En las orillas, gaviotas, gaviotines y cormoranes revolotean, anidan y crían. En el interior, y sobre todo en los páramos, se pueden observar (siempre que se tenga paciencia) halcones, aguiluchos y currucas.
Muchas zonas preservadas
En La Mancha se tomó conciencia muy pronto de la importancia de preservar muchos espacios naturales, no porque estuvieran realmente amenazados por grandes proyectos de construcción o industriales, sino simplemente porque no había razón para no preservar lo que existía. El más importante es el Parc Naturel des Marais du Cotentin et du Bessin: se extiende por las regiones de Manche y Calvados desde hace más de treinta años. Además de preservar la flora y la fauna locales, el parque se esfuerza en explicar, detallar y enseñar: a los más jóvenes les encanta, y también a los menos jóvenes. Al norte del departamento, el estanque de Vauville también está protegido. Esta extensión de 62 hectáreas de agua dulce, separada del mar por un fino cinturón de dunas, fue clasificada como reserva natural en los años setenta. Aquí podrá descubrir un magnífico observatorio ornitológico. Otra reserva natural es la turbera de Mathon: situada en Lessay, es una extensión de turba. No es muy accesible para el ser humano, y con razón, es un refugio para muchas especies animales y vegetales acostumbradas a los humedales.
Espléndidos parques y jardines
La naturaleza, cuando se da en forma de jardines paisajísticos, puede dar lugar a lugares soberbios, y en la región de la Mancha no faltan. Son innumerables: cada ciudad tiene su jardín público y los aficionados privados abren sus puertas para visitas variopintas (que a menudo son objeto de cobertura mediática). Parques de castillos, jardines botánicos u otros: hay muchos. Algunos nombres de lugares que no debe perderse: el parque del castillo de Chantore, el del castillo des Ravalets, el de Vauville o el jardín homenaje a Jacques Prévert.
