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Los monos colobos, frágiles habitantes del bosque de Jozani

El mono colobo rojo (Piliocolobus kirkii, mbega en swahili) es un símbolo de Zanzíbar, ya que es en el bosque de Jozani -el único parque nacional de la isla y santuario de la especie- donde aún vive en su mayor parte. Se puede observar con un guía del parque durante un paseo por el bosque. No es tímido, pero hay que mantener las distancias. Este gran mono arborícola tiene una larga cola no prensil. También tiene la particularidad de tener sólo 4 dedos en la mano, siendo el pulgar inexistente o rudimentario. Este mono mide unos 75 cm sin cola, pesa 10 kg y ladra. Vive en manadas de 5 a 20 individuos. El colobo rojo de Zanzíbar -piernas y vientre blancos, brazos negros, dorso marrón rojizo- está amenazado por la reducción del tamaño de su hábitat.

Los adorables bebés Bush salen por la noche

Si se aloja en las aisladas playas de Zanzíbar, Pemba o Mafia, quizá tenga la suerte de vislumbrar los adorables hocicos de los bebés de los matorrales (galagosen swahili). Alrededor de los numerosos lodges enterrados en la vegetación, oirá extraños gritos estridentes al anochecer, que recuerdan al aullido de un bebé, de ahí su nombre. Su rostro peludo, sus grandes ojos y su cola más larga que su cuerpo recuerdan inmediatamente a los lémures de Madagascar. Este primitivo primate nocturno es en realidad un primo cercano, perteneciente a la familia de los prosimios. Es muy tímido y hay que tener suerte para verlo con una linterna. Puede pesar entre unos cientos de gramos y 1,5 kg. Marca su territorio esparciendo orina con las manos. Se alimenta de semillas, frutos, savia, flores, huevos, pollos e insectos. Sus principales depredadores son las águilas, las ginetas y las serpientes.

Las tortugas marinas, víctimas de las redes de los pescadores

También conocida como Kobe en swahili, la tortuga es otro símbolo de Zanzíbar. En Nungwi hay dos centros de rescate (incluido uno donde se puede nadar con las tortugas). Las que quedan atrapadas en las redes de los pescadores y resultan heridas se recuperan para recibir tratamiento antes de ser liberadas una vez al año. Emigran a aguas oceánicas tropicales. Las más grandes pueden vivir hasta 70 años. La temperatura que más les conviene es de 28°C. Sus sentidos son sensibles sobre todo al calor y las vibraciones, pero también tienen un olfato muy desarrollado, incluso bajo el agua, y una vista bastante buena. El macho utiliza sus garras para sujetarse durante el apareamiento (el único momento en que se oye su voz), después de cortejar golpeando con su caparazón a su pareja, mordiéndole las patas delanteras.

Zorros voladores, murciélagos gigantes "draculescos

"Zorro volador": el nombre de estos murciélagos gigantes(Pteropus voeltzkowi) es más que evocador. Bien mirado, es cierto que resulta fácil pensar que este animal tiene cuerpo de zorro, con su pelaje anaranjado, su hocico y sus orejas puntiagudas, que habrían pasado por la capa de Batman al desplegar las alas. Hay unos 20.000 zorros voladores en la isla, principalmente en el norte, pero también hay una pequeña colonia en el sur. Se alimentan tanto de fruta (mangos, higos, etc.) como de hojas, flores, polen y néctar: ¡nada sangriento! Parecen extraños frutos colgados de los árboles. Colgadas de una pata mientras duermen, impresionan por su tamaño y su número: más de 80 de ellas pueden dormir en un mismo árbol. Pueden tener una envergadura de más de 1,50 m, con las alas abiertas, y pesar unos 500 g.

El tiburón ballena, visitante estacional de Mafia

El famoso tiburón ballena(Rhincodon typus; tiburón nyangumi en swahili) es un tiburón inofensivo que se mueve muy despacio y sin ninguna agresividad. Pero su tamaño es monstruoso: puede alcanzar los 20 metros de longitud y las 34 toneladas, ¡como una ballena! En realidad, los tiburones ballena observados miden entre 5 y 15 metros. Este gigante de los mares también come como una ballena: principalmente plancton y algas. Aparte de su tamaño, su característica piel a cuadros blancos y negros lo hace espectacular: un verdadero cuadro de la naturaleza. Normalmente vive más de 100 años, pero su esperanza de vida no supera los 70 debido a la sobrepesca. La especie está en peligro de extinción, aunque es imposible contar el número que recorre los océanos, ya que migra constantemente. Este pez de temporada es muy buscado de septiembre a febrero en las aguas más cálidas de Mafia. Los hoteles se llenan rápidamente, dada la escasa capacidad de la isla, ya que estos inmensos e inofensivos cetáceos son el sueño de submarinistas de todo el mundo.

La perla de Zanzíbar, una curiosidad vegetal

La perla de Zanzíbar, o perla negra, es el fruto del árbol Mgambo, un arbusto de no más de 5 metros de altura endémico de la isla. Su nombre en kiswahili significa "árbol de la palabra". La semilla debe su apodo a su aspecto, que recuerda al terciopelo negro. Está envuelta en una brillante funda rosa y púrpura, tan bella que en Martinica, donde se ha importado el árbol, se utiliza para fabricar joyas: collares, pulseras, etc. Las fragantes flores verdes dan paso a frutos verdes de 6 lados, luego beige, que se abren en tres cuando maduran. Entonces aparece la perla negra, que cuelga de su vestido de encaje rosa púrpura.

El dugongo, un mamífero marino en peligro

En peligro de extinción pero aún presente en los alrededores de Mafia, el dugongo es un enorme mamífero marino que antaño habitaba toda la costa de África, el océano Índico y las islas. El dugongo es cazado por tiburones y, aunque está protegido por el hombre, se dice que su carne es deliciosa y de su cuerpo se extrae aceite y cuero. Mide más de 2,50 m y pesa hasta 200 kg. Sus dos patas delanteras son aletas. Suele vivir en familias, y a veces en grupos de varias docenas de individuos, alimentándose de hasta 40 kg de plantas acuáticas al día en aguas poco profundas. El dugongo comparte un antepasado común con el elefante, que vivió hace 50 millones de años: el terio. Como el elefante, la hembra tiene las tetas ligeramente detrás de las patas delanteras.