Castillos para visitar Snowdonia

El castillo de Caernarfon fue construido entre 1283 y 1330 por Eduardo ^I para consolidar su avance militar. Quería que el castillo fuera una mezcla de estilos, combinando las murallas de Constantinopla -de ahí sus inusuales torres poligonales- y la grandeza romana.

Incluido en la lista de la UNESCO en 1985, Caernarfon es uno de los castillos mejor conservados del país, ¡y también uno de los castillos medievales más grandes del mundo!

Lugar estratégico y político, fue aquí donde en 1969 el candidato a la corona, Carlos, hijo de Isabel II, juró como Príncipe de Gales. Desde 1282, fecha de la victoria inglesa sobre Llywelyn el Último, el último príncipe "galés", el título de Príncipe de Gales se ha convertido en el del aspirante a la Corona británica. Esta costumbre y este título se remontan a Eduardo ^I de Inglaterra, que prometió a los galeses que les daría un príncipe nacido en Gales y que no hablara inglés. Eduardo II, nacido en Caernarfon, no hablaba ni inglés ni galés... No fue hasta 1911 cuando Lloyd George, Primer Ministro galés, exigió que la investidura tuviera lugar en Gales, en Caernarfon. En el castillo se puede ver el trono especialmente diseñado para la ocasión, así como un ejemplar de la silla y todo lo demás que se fabricó para la ceremonia.

El castillo de Caernarfon, un gigantesco patio de recreo, puede explorarse a través de torres y pasadizos subterráneos, callejones sin salida, murallas y escaleras de caracol... No se pierda el museo del castillo ni el de los Fusileros Reales de Gales.

Construido en el siglo XIII, el castillo está situado en un lugar muy estratégico: domina el pueblo y el mar desde lo alto de la roca, y forma parte de la famosa cadena de castillos construidos por Eduardo I para asegurar sus nuevas conquistas. Owain Glyndwr, una importante figura de la historia del país, conquistó el castillo en 1404 y vivió allí durante cinco años, convirtiendo a Harlech en la capital de Gales. Si el tiempo es claro, las vistas son particularmente magníficas, se puede ver la bahía de Tremadog y las montañas en la distancia.

Construido entre 1820 y 1830 por los mineros con el dinero de las canteras de pizarra, en beneficio de su jefe George Dawkins-Pennant, este pequeño palacio con sus 300 habitaciones es considerado por los galeses como una marca de la opresión de los ricos jefes ingleses. Sin embargo, sólo por el tamaño del castillo y su excelente estado de conservación, una visita vale la pena. También es posible visitar sólo aquellos jardines que merecen el desvío, especialmente en invierno cuando el castillo está cerrado. O el verano, si quieres reducir un poco.