Sake (nihonshu)
El sake se llama nihonshu. En Tōhoku, este vino de arroz fermentado entre 14 y 17° forma parte del terruño. Se presenta en diversas variedades, como el junmaishu, el más puro, o el honjōzōshu (con alcohol añadido limitado). Tōhoku, y en particular las prefecturas de Akita y Niigata, es famosa por la calidad de su arroz para sake y sus aguas puras. La región alberga muchas cervecerías artesanales(jizake) de renombre, desde Yamagata hasta Fukushima. El nihonshu puede ser karakuchi (seco) o amakuchi (dulce), y puede degustarse reishu (frío) o atsukan (caliente).
Una cerveza artesanal local
La primera fábrica de cerveza de Japón se fundó en 1876, con el nombre de Sapporo. No fue hasta 1994, con la relajación de las leyes sobre el alcohol, cuando surgieron varias microcervecerías. Desde entonces, el mercado de la cerveza artesanal local, o ji bīru, no ha dejado de crecer. También en Tōhoku ha arraigado esta tendencia, sobre todo en Tōno, en la prefectura de Iwate, famosa por su cultivo de lúpulo. Ahora hay cervecerías locales con mucha inventiva, que a menudo se encuentran en las mesas de los restaurantes o en las tiendas que venden productos regionales.
Una muñeca kokeshi
Símbolo de la artesanía de Tōhoku, la muñeca kokeshi es una figurita pintada a mano sin brazos ni piernas, de cuerpo cilíndrico y cabeza redonda. Cada prefectura tiene su propio estilo, empezando por Yuzawa, en Akita, y sus kokeshi Kawatsura, de líneas sencillas y rostros expresivos. En la vecina prefectura de Miyagi, las famosas Naruko k okeshi son famosas por sus cuellos móviles y sus delicados chirridos. En Tsuchiyu (Fukushima), Togatta y Sakunami (Miyagi), otros estilos se han transmitido de generación en generación. Emblemáticos recuerdos de los balnearios, las kokeshi son ahora tan apreciadas como objetos decorativos como testimonios del saber hacer regional.
Un omiyage de manzana
Aomori es la indiscutible capital japonesa de la manzana. Fruta emblemática de la prefectura, la manzana se presenta en multitud de sabores dulces que se pueden encontrar en todas partes en forma de omiyage. Tartas, shortbread, mermeladas, jaleas, zumos, sidras, té o incluso crujientes patatas fritas... El shortbread en forma de manzana es uno de los souvenirs más populares entre los viajeros.
Utensilios de cocina
Una caja bento magewappa. En Ōdate, en la prefectura de Akita, el trabajo de la madera revela una forma de elegancia sencilla y refinada con los magewappa, cajas bento y objetos cotidianos fabricados con finas tiras de cedro. Este saber hacer ancestral se transmite desde hace más de 400 años. Ligeras, duraderas y con un aroma natural, las magewappa mantienen el arroz perfectamente fresco gracias a las propiedades de la madera. Cada pieza se elabora cuidadosamente, a veces se refuerza con corteza de cerezo o se laca. Un regalo tan bonito como útil
Una caja de té kabazaiku. En Kakunodate, en la prefectura de Akita, el arte del kabazaiku perpetúa una de las tradiciones más auténticas: el meticuloso trabajo de la corteza de cerezo silvestre (yamazakura), desarrollado por primera vez por samuráis de rango modesto. Caddies de té (el objeto más popular), estuches para bolígrafos, accesorios decorativos... La corteza, con sus reflejos marrones y caoba, protege de forma natural contra la humedad. Aún hoy, los artesanos de Kakunodate elaboran cada pieza a mano, con paciencia y precisión, respetando un saber hacer ancestral.
Una tetera nambu tekki. Hechos de hierro fundido negro y adornados con el famoso motivo arare en forma de piedra de granizo, los objetos nambu tekki son emblemáticos de Iwate. Nacidos en Morioka en el siglo XVII, fueron diseñados originalmente para las ceremonias del té. Resistentes al óxido, conductores del calor y duraderos, se fabrican a mano con técnicas ancestrales. Su superficie desarrolla una pátina con el tiempo, lo que hace que cada pieza sea única. La única pega es que no son los recuerdos más ligeros
Una bonita pieza en kogin-zashi
Originado hace casi 300 años en la región de Tsugaru, al norte de Aomori, el kogin-zashi es un arte rústico pero refinado de tejer hilos. Originalmente, los campesinos reforzaban sus prendas de lino con hilos de algodón blanco cosidos en patrones geométricos, para mejorar su resistencia y aislamiento durante los largos inviernos. Este gesto utilitario dio origen a una forma de arte popular transmitida de generación en generación. Hay tres estilos distintos según la zona que rodea Hirosaki: Higashi, Nishi y Mishima Kogin. Estos motivos bordados, a menudo sobre fondo añil, se utilizan ahora en bolsos, tarjeteros, broches, tenugui y artículos decorativos. Hay para todos los gustos y formas.
Un recuerdo exclusivo... del Centro Pokémon Tōhoku
Ya sea para agasajar a un ser querido o simplemente para darse un capricho, los Centros Pokémon siguen siendo el lugar al que acudir para llevarse un recuerdo 100% local Auténtico gigante de la cultura pop japonesa, esta franquicia está omnipresente en el Archipiélago. Sin embargo, solo hay un Centro Pokémon en Tōhoku, concretamente en Sendai. Aunque la mayoría de los productos disponibles en el resto de Japón se pueden encontrar allí, la tienda de Sendai también ofrece regularmente artículos exclusivos. Entre ellos, una adorable colección con Pikachu y sus amigos en los colores de los festivales tradicionales de la región, todo un homenaje a la cultura local de Tōhoku. Una forma estupenda de aligerar la cartera.