CUEVA DE VJETRENICA (PEĆINA VJETRENICA)
Una inmensa cueva de 7.014 m de longitud, la segunda más rica del mundo en biodiversidad subterránea.
Con 6,3 km de largo, Vjetrenica (cueva del Viento) es la más grande de Bosnia y Herzegovina. Reabierta a las visitas desde 2010, se compone de varios pasillos que se entrecruzan, amplias salas, ríos y cascadas subterráneas. La cueva se encuentra en la llanura de Popovo polje (el campo del cura), en el territorio de la Federación de Bosnia y Herzegovina, en el límite de la República Srpska y cerca de la frontera croata (10 km al sur). Debe su nombre a los vientos fríos que soplan en la entrada durante los periodos cálidos del año (en el interior, la temperatura se mantiene constante a 11 ºC). Desde 2004, Vjetrenica figura en la lista indicativa de la Unesco por sus riquezas cársticas y espeleológicas, así como por su notable biodiversidad. En efecto, es la segunda cueva más rica del mundo en términos de biodiversidad subterránea, con unas 200 especies catalogadas, de las cuales la mitad vive únicamente en hábitat troglodítico y 37 se han observado por primera vez aquí.
Historia – Descrita en el siglo I de nuestra era por Plinio el Viejo en su Historia natural, la cueva ha servido de refugio para los animales y los hombres desde tiempos ancestrales. En ella se han descubierto ocho esqueletos de animales fosilizados, entre ellos los de un oso y un leopardo, además de pinturas rupestres de unos 10.000 años y, en la entrada, stećci (lápidas de la Edad Media tardía). Explorada por primera vez entre 1912 y 1914 por el espeleólogo checo Karel Absolon, sigue siendo objeto de misiones regulares. Se cree que la gruta llegaba hasta el mar Adriático y que fue obstruida tras un derrumbe. Abierta al turismo desde 1964, se pueden recorrer unos 1.700 metros de longitud. Todas las instalaciones fueron destruidas por las fuerzas bosnio-serbias durante el conflicto de 1992-1995.
Visita – A la entrada será recibido por una gran corriente de aire frío que sopla a 50 metros por segundo. Después viene la calma. La cueva tiene actualmente acondicionados unos 550 metros de longitud con protecciones, escaleras e iluminación. La visita se realiza en bosnioserbocroata, alemán e inglés, pero no en español. Hay varios lagos subterráneos, una impresionante sala llamada todavía la Habitación dorada (Zlatna dvorana) o las estalagmitas de Tursko groblje (cementerio turco) que evocan las nişans (tumbas otomanas). El recorrido termina en la sala Hajdučki stol (la mesa de los bandidos), donde se han tallado rocas con forma de mesa y sillas. En el agua puede escudriñar para ver la salamandra (Proteus anguinus), conocida como el hombre-pez por su piel despigmentada, que es el símbolo de la cueva. Las visitas guiadas están animadas con juegos de luces y la aparición de una actriz que interpreta el papel de hada. La cueva ocupa una parte importante de las leyendas locales.
En las proximidades – En verano, los turistas que vienen de excursión desde Dubrovnik son numerosos. Mientras espera su turno de entrada, puede visitar el pequeño museo de la cueva (entrada incluida en el precio del billete) o ir al bonito pueblecito de Zavala, clasificado junto con la cueva en la lista indicativa de la Unesco. Allí está el monasterio ortodoxo serbio de la Presentación de la Madre de Dios en el templo (manastir Vavedenje – манастир Ваведење), construido en una pequeña cueva en el siglo XVI, así como el restaurante Zavala, que sirve un excelente jamón ahumado y queso local.