MAUNA KEA OBSERVATORIES

El observatorio astronómico más importante del mundo. Pero no es la nieve ni siquiera el tamaño del Mauna Kea lo que lo convierte en una de las montañas más famosas y útiles del mundo. Es el cielo en su cumbre. Gracias a su inigualable pureza, Mauna Kea es el punto más claro del planeta para observar las estrellas. Por ello, el observatorio astronómico más importante del mundo se instaló naturalmente en su cima. Alberga 13 telescopios ultrasofisticados, entre ellos el CFHT (Canadá-Francia-Hawaii), que son herramientas de trabajo inestimables para los investigadores de los once países que financian el observatorio. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los investigadores no trabajan en los observatorios in situ, sino a distancia, y que estos aparatos ultrasofisticados son sólo herramientas. Los visitantes no pueden entrar en los distintos observatorios, pero los aficionados a la astronomía estarán encantados, ya que es aquí donde realmente se observan mejor las estrellas y las distintas constelaciones.

En cuanto a los que no saben nada de astronomía, antes de ir a la cima del Mauna Kea, harían bien en visitar el Centro de Astronomía de Imiloa, en Hilo, que ofrece una verdadera introducción a la ciencia de las estrellas. Los trece telescopios, algunos de ellos de considerable diámetro, están repartidos por los 2 km² de cumbre de la isla de Hawai. Entre ellos se encuentran el W. M. Keck, que utiliza dos telescopios de 10 m de diámetro cada uno (¡un récord!), el Observatorio Gemini Norte (8,1 m de diámetro) y el telescopio Subaru (8,2 m de diámetro). El otro punto fuerte de este observatorio es su extrema altitud: ¡4 205 m! La vista desde Mauna Kea es sublime Sobre todo porque los mares de nubes pueden acompañar a un cielo de azul absoluto, contrastando con los colores puros e intensos de las cúpulas. Se han habilitado algunas zonas para que los visitantes puedan admirar parte de la infraestructura, los telescopios y las cúpulas (es el caso del telescopio Keck en particular).

Un cielo increíblemente claro. Si el cielo es tan claro en la cima del Mauna Kea, no es por su altitud, sino por la calidad de su atmósfera. El aire muy seco, sin contaminación, nubes ni humedad, permite medir con precisión la radiación infrarroja de las estrellas o los planetas. Por último, Mauna Kea está bien protegido de cualquier interferencia lumínica de las ciudades (incluso la luz anaranjada de las farolas, que está orientada hacia el suelo en la mayor parte de la isla, ha sido especialmente estudiada para este fin), lo que hace que el cielo sea perfectamente negro; los astrónomos pueden entonces estudiarlo con gran detalle. Así pudieron descubrir la existencia de satélites alrededor de Júpiter y Saturno o de asteroides alrededor de Neptuno.

El magnífico espectáculo de la puesta de sol. Además de la observación de las estrellas, la mayor atracción turística a esta altura es el sublime espectáculo de la puesta de sol sobre el Mauna Kea. El cielo suspendido sobre el mar de nubes adquiere un inolvidable color rosa intenso, pero para aprovecharlo al máximo, abríguese de pies a cabeza porque allí arriba hace mucho frío

Por lo tanto,para visitar la zona hay que cumplir una serie de criterios específicos, ya que la altitud no es despreciable: gozar de buena salud, tener al menos 16 años, utilizar un vehículo 4x4, acudir con el equipo adecuado (ropa de abrigo -todo el año-, gafas de sol, sombrero, bebida, crema solar, etc.) y abandonar la zona una vez que se haya puesto el sol. Aunque la altitud en sí no es necesariamente difícil de manejar para el cuerpo, es sobre todo el rango de altitud lo que plantea un problema, ya que muchos visitantes vienen desde el nivel del mar y luego suben sólo 4.000 metros más en unas pocas horas Por lo tanto, es importante escuchar a su cuerpo y no subestimar ciertos síntomas como los dolores de cabeza, las manos hinchadas y las náuseas, que le obligan a volver a bajar al Centro de Visitantes 1.400 m más abajo.

Por ello,antes de subir a la cumbre, es aconsejable una breve visita a la Estación de Información al Visitante (VIS), situada a 2.883 m, para confirmar las posibilidades de acceso a las cúpulas y, al mismo tiempo, dar al cuerpo un poco de tiempo para que se acostumbre a la altitud (beber mucha agua e inspirar y espirar durante mucho tiempo). Por la noche, en la bajada, es también donde se organizan unas "fiestas de las estrellas" (suspendidas hasta julio de 2019 por obras) ¡que no hay que perderse bajo ningún concepto! Como puede ver, una visita a Mauna Kea es una obligación para cualquier entusiasta de la astronomía y amante del cielo.

Para los que no tienen un Jeep o tienen miedo a la carretera, hay dos soluciones. Los más deportistas pueden aparcar en la estación de información para visitantes (carretera asfaltada) y continuar a pie hasta la cumbre. Se tarda unas 3 horas en llegar a la cima, y hay que tener una buena condición física, ya que pronto se perderá el aliento por la falta de oxígeno. Otros pueden reservar una excursión que les lleve a la cima. Esto tiene un cierto coste, pero le permite evitar el estrés de la conducción (muchos accidentes cada año debido a la fatiga o a la falta de atención relacionada con el mal de altura) y beneficiarse de los comentarios del guía, que son bastante agradables. Además, su guía podrá determinar la hora ideal para llegar a la cumbre a tiempo para la puesta de sol.