JARDÍN BOTÁNICO Y ZOOLÓGICO
Es el pulmón verde de Asunción. Un gran parque verde, que incluye más de cien hectáreas de bosque, con árboles de más de cien años y muchas especies de animales deambulando libremente (aguara guasu, armadillos, monos...). Originalmente fue laquinta de Carlos Antonio López. Cerca de allí, el Presidente hizo construir una estación de ferrocarril (Trinidad, Estación botánica) y la iglesia de la Santísima Trinidad, que dio nombre al barrio. El jardín, tal como existe hoy, fue creado en 1919 por los científicos alemanes Carlos Friebig y Ana Gertz. Pertenece al municipio de Asunción, que gestiona un zoológico. Además del elefante y el hipopótamo, se puede ver la fauna paraguaya: el oso hormiguero gigante, el carpincho, el taguá, felinos como el jaguar, el puma y el ocelote, monos, reptiles, etc. Pero a pesar de la inmensidad del parque, las jaulas no son muy grandes y deberían estar mucho mejor mantenidas... Ver a estos pobres felinos dar vueltas en espacios tan pequeños y cercados con alambre es algo que le hará sentirse incómodo y preferirá seguir su camino. Afortunadamente, le esperan dos hermosas casas coloniales bien conservadas. Construidas en la década de 1840, hoy albergan museos. En la Casa Baja, el Museo de Historia Natural expone especies disecadas o bañadas en formol (almas sensibles, por favor). También hay un pequeño museo dedicado a las diferentes culturas indígenas del país. Al lado, en la elegante Casa Alta, donde solían descansar el presidente López y su esposa, hay un museo de historia y antigüedades (no siempre abierto). A la entrada del jardín botánico, el Solar de Artigas es un espacio dedicado al héroe revolucionario uruguayo José Gervasio Artigas (1764-1850). Vivió exiliado en Paraguay durante treinta años, y pasó los últimos cinco de su vida en esta casa (los primeros años de exilio los pasó en Curuguaty, lejos de Asunción, por orden del paranoico Dr. Francia). Esta parte del jardín botánico fue legada al gobierno uruguayo en 1903, en agradecimiento por la devolución de los trofeos de la Guerra de la Triple Alianza. El gobierno uruguayo instaló aquí una escuela pública y más tarde un museo, el Museo Artigas Karaí Guasú. Se rinde homenaje al árbol yvyrá pytá(Peltophorum dubium), bajo el cual el héroe uruguayo pasaba largas tardes tomando mate con sus amigos.