ABADÍA BENEDICTINA DE MELK
La abadía de Melk domina la ciudad y un valle, y alberga la Galería del Emperador, el Museo de la Abadía y la Sala de Mármol.
La abadía domina la ciudad y el valle desde su espolón rocoso. Melk, un importante centro cultural y espiritual en Austria, está hoy clasificado por la UNESCO. En 1089, el antiguo castillo de la familia Babenberg se convirtió en la abadía benedictina bajo la tutela del margrave Leopoldo II. A partir del siglo XII, una escuela fue anexada a ella. A lo largo de la historia, los monjes de Melk han producido importantes documentos en los campos de las ciencias naturales, la literatura y la música. La biblioteca alberga 100.000 volúmenes y cientos de manuscritos, el más antiguo de los cuales data de principios del siglo IX. La decoración de esta abadía barroca inspiró la ambientación de la película El nombre de la rosa.
La Galería del Emperador (Kaisergang) tiene casi 200 m de largo y sirve a las cámaras monásticas. La iglesia se levanta con sus dos torres en la parte superior de este suntuoso complejo. La alta cúpula (65 m) fue decorada por Johann Michael Rottmayr, quien también firmó frescos y pinturas.
El museo de la abadía. Se han preparado once habitaciones para mostrar los tesoros de la abadía. Los objetos más antiguos provienen de donaciones de los Babenbergs, incluyendo un supuesto fragmento de la Cruz de Jesús. Las salas 1 a 7 muestran objetos de la liturgia: cálices, vestimentas sacerdotales ricamente bordadas, custodias, crucifijos... La sala 8, un poco extraña, con estos once hombres saliendo parcialmente de una pared para representar al Hombre en su camino, abierto a Dios. La duodécima etapa de este Vía Crucis toma los rasgos del visitante reflejados en un espejo. La sala 9 está dedicada a la pintura religiosa, desde la Edad Media hasta la actualidad. La sala 10 evoca una de las reglas de San Benito: la necesidad de glorificar a Dios en cada actividad que se realice en el monasterio, incluyendo las acciones más cotidianas. Se exhiben objetos relacionados con la construcción, planes de modificación del edificio, etc.
El salón de mármol. Esta sala es impresionante por sus dimensiones, pero también por el fresco del techo firmado por el artista Paul Troger (1731). En el centro, Atenea está de pie en un carro tirado por leones, símbolo de sabiduría y templanza. Hércules, a su izquierda, simboliza la fuerza necesaria para luchar contra el cerbero del inframundo. Esta alegoría evoca la Casa de Habsburgo, que, a través de sus virtudes, lleva al pueblo de las sombras a la luz. Sobre las puertas, inscripciones en latín de algunas de las reglas de San Benito. Los marcos de las puertas están hechos de mármol de Salzburgo y las paredes de estuco.