PARQUE NACIONAL DE KOMODO
Visite el parque nacional para ver a los dragones de Komodo, una forma estupenda de saber más sobre estos grandes lagartos monitor.
El Parque Nacional de Komodo es un tesoro ecológico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1991. Joyero de naturaleza virgen, se extiende por varias islas, con una superficie total de 1.817 km2, incluidas Komodo, Padar y Rinca, así como zonas marinas con ecosistemas ricos y diversos. Las islas del parque ofrecen un paisaje de contrastes, con áridas colinas, densos bosques y playas de arena blanca bordeadas por aguas turquesas.
Sus aguas son un paraíso para el buceo y el submarinismo. Los arrecifes de coral están repletos de vida, hogar de tortugas, mantarrayas y multitud de coloridos peces tropicales. La claridad del agua proporciona una visibilidad excepcional, ofreciendo una ventana a un mundo submarino vibrante y diverso. El compromiso con el ecoturismo es primordial en el parque y las actividades están diseñadas para minimizar el impacto del turismo en el medio ambiente.
El Parque es una joya para aventureros, naturalistas y cualquiera que busque maravillarse ante la belleza en bruto y la biodiversidad de nuestro planeta, perfecto para conectar con la naturaleza y comprender la importancia de preservarla para las generaciones futuras.
Este es el territorio de los dragones de Komodo, lagartos monitor que miden entre 1,80 y 3 m de longitud, pesan hasta 150 kg y están armados con terribles garras. Hace mucho tiempo, su lengua de color rojo anaranjado hizo creer a muchos que respiraban fuego. Los komodos son carnívoros despiadados capaces de despedazar cualquier cosa. Aunque se parecen mucho a los dinosaurios, en realidad son primos lejanos. El varanus komodoensis es el mayor de los lagartos. Excelente nadador, este varanus puede sumergirse a profundidades de 5 m y superar los 20 km/h. Una sola mordedura de esta bestia basta para envenenar mortalmente a su presa; su saliva está repleta de bacterias que no tardan en infectar la herida, así que sólo hay que esperar a que se produzca el efecto deseado. Pueden oler la sangre a kilómetros de distancia, y se recomienda encarecidamente a las mujeres que no visiten la isla cuando estén menstruando. Que no cunda el pánico, sólo ha habido una víctima, en... 1975. El periodista suizo se aventuró en la isla sin avisar a nadie; los guardas sólo se dieron cuenta cuando descubrieron su barca vacía y una cámara abandonada. Los guardas son muy competentes y conocen bien a los animales. Van armados con un palo para repeler a los animales si se acercan, golpeándoles en la punta del hocico, la única parte sensible del cuerpo.