CEMENTERIO DE LA ALEGRÍA
Aunque el nombre pueda parecer contradictorio, está muy bien escogido: el cementerio alegre (cimitirul vesel) de Săpânța, obra maestra del arte naíf, colorista y poético, atrae cada año a miles de turistas. Su originalidad reside en sus cerca de ochocientas cruces de color azul brillante, decoradas con muchos otros colores y motivos, personalizadas para cada uno de los difuntos del pueblo: la mayoría de las veces están esculpidas y decoradas para ilustrar su oficio (leñador, tejedor, labrador, etc.) u otra actividad emblemática de su vida (beber, rezar, etc.). Algunas representan las circunstancias de una muerte trágica: por ahogamiento, en accidente de tráfico o en el metro. Las cruces van acompañadas de breves biografías escritas en primera persona, que relatan los principales episodios de la vida del difunto, sus alegrías y penas, sus cualidades y defectos… Textos llenos de humor y ternura. Para disfrutarlos de verdad, le aconsejamos que vaya acompañado de un guía o un amigo que hable rumano, aunque los dibujos son muy explícitos. Estas joyas del arte popular son obra de un tal Stan Ioan Pătraş. Nacido en 1908, este artesano local comenzó a tallar y pintar las cruces en 1935. Murió en 1977 y está enterrado aquí, en una tumba coronada por una cruz decorada, como no podía ser de otra manera, por él mismo. Desde su muerte, sus discípulos han continuado la tradición. También se puede visitar su casa, convertida en monumento conmemorativo, que contiene algunos de muebles creados por él mismo. Está en una calle detrás del cementerio.