Diversión y salidas Estambul

Es un buen puesto de observación siempre que haya espacio. Con una historia de más de 60 años, el establecimiento también es conocido como Asmalı Kahve. Como de repente se ha convertido en un lugar de moda, la clientela se ha diversificado. Los jóvenes del barrio disfrutan de su jardín y se reúnen allí a última hora de la tarde. Los primeros clientes del día serían los seguidores de la mezquita. Justo al lado, el Firuz Ağa Sanat Kahve atrae a los intelectuales. Muy bonito también.

Viktor Levi es uno de esos lugares secretos, donde la fachada no sugiere nada sobre los encantos de su interior. Un gran patio interior con luces tenues y un ambiente silencioso. El lugar es bastante chic, como un bar de vinos y restaurante, donde se puede disfrutar de buenos platos, mezze surtidos, mientras se bebe una copa de vino tinto. En el lado negativo, los precios son altos incluso para el vecindario, y las multitudes que hacen que el lugar sea ruidoso los fines de semana. Vaya a tomar un trago y un bocadillo en una noche de escuela, pero no necesariamente para la cena.

El bar más popular de Kadikoy ofrece una atmósfera de rock, pero no demasiado. ¿El código de vestimenta? Zapatillas de deporte, pelo largo, tatuajes y una camisa a cuadros de colores pegada a las caderas. Entrada gratuita al bar. Para acceder a la zona de conciertos, es necesario comprar las entradas. Si no quieres quedarte despierto toda la noche, aquí tienes un consejo: ven una hora antes del concierto y encuentra una mesa cerca del escenario. Los dos espacios rara vez están aislados el uno del otro porque siempre hay multitudes, todos los días de la semana.

Este pub con un ambiente muy pop hará las delicias de los amantes de la cerveza. De hecho, el menú ofrece una amplia selección de cervezas turcas y extranjeras, incluso hay cerveza ahumada. Se proponen varios cócteles bastante originales. Si quiere un bocadillo, este es el templo de la comida rápida, donde sirven una amplia variedad de hamburguesas, desde las clásicas hasta las compartidas, incluyendo la hamburguesa de pollo e incluso hay una opción vegana. Evite ir demasiado tarde porque después de cierto tiempo, la afluencia de personas se vuelve desagradable.

Un lugar estupendo para descubrir los vinos locales mientras se disfruta de un plato de quesos. Aunque la selección de embutidos es limitada (no hay cerdo), sigue siendo excelente. También hay tartines, aperitivos y pizzas. El local es ruidoso pero muy acogedor. La decoración está bien pensada y la bodega es muy acorde con el espíritu del lugar, con todas las botellas expuestas. Algunas noches, grupos de jazz amenizan la velada. No olvide reservar, sobre todo los fines de semana.

En Kadiköy, en la calle Mühürdar Caddesi, encontrará muchos cafés especializados en café turco casero. El que destaca entre la multitud es el legendario Fazil Bey, que existe desde 1923. Es en este pequeño edificio de dos plantas con su escalera de madera y su mobiliario rústico donde la empresa produce su café y recibe a sus clientes para las degustaciones. La altura de su pequeña terraza permite disfrutar del ambiente de la calle sin tener el ruido demasiado presente.

Tómese un descanso en este café de moda, uno de los cada vez más numerosos del barrio de Balat. Si ya está harto del café y el té turcos, aquí encontrará una selección de cafés y tés similares a los que se ofrecen en Europa. El interior es muy coqueto y todo está muy cuidado. Hay varias opciones de desayuno, incluido uno muy abundante, e incluso cruasanes para los nostálgicos. Los que busquen una opción más sana pueden elegir entre granola, acai o matcha bowl y tostadas de aguacate. Los precios son superiores a la media.

Más que un salón de té, Hakan es sobre todo una pastelería. Así que no dude en acompañar su té con uno de los múltiples dulces que verá en el escaparate. Hakan tiene una ubicación ideal, a tiro de piedra del muelle (iskele), y atrae a mucha gente. Pero no es espacio lo que falta en la gran sala, ligeramente kitsch con su iluminación morada y sus sillas de lunares rojos, y la terraza cubierta. El personal es acogedor, a veces incluso chistoso, y hablan un poco de inglés. No obstante, el precio del té es demasiado elevado.

Si le queda tiempo libre, no dude en pasar una noche por la calle Kadife, conocida como Barlar Sokak, la «calle de los bares». Bares y clubes se suceden a lo largo de esta calle. Es imposible salir a tomar una copa en Kadıköy sin pasar por esta calle mítica. Es un lugar muy concurrido por los turcos, con una oferta muy amplia: bares más o menos elegantes, con o sin terraza, música rock o electrónica... Muchos prefieren la solución más económica y beben en la calle sus cervezas compradas en la tienda de comestibles de la zona.

Si desea disfrutar de un ambiente festivo y relajado, el Montreal es el lugar ideal para ello. Con su variada carta de chupitos de todo tipo y a precios muy razonables, el lugar le seducirá enseguida. Ofrecen vodka, whisky, ginebra, licores y algunos aperitivos para acompañarlo todo. El diseño de la barra y la iluminación poco agresiva se suman a las bebidas para que pase un rato agradable. Es difícil encontrar sitio los fines de semana y la clientela acaba ocupando la calle. La única desventaja es que la música es demasiado alta.

Un ambiente tenue, con una iluminación colorida y una arquitectura original que juega con los vacíos y las perspectivas, cómodos sillones... El Incir es un acogedor pub en el moderno barrio de Kadıköy ideal para tomar unas cervezas con los amigos. Los cócteles son bastante buenos, servidos por camareros agradables y sonrientes. Hay un buen ambiente en general y la clientela es bastante juvenil. Inaugurado en 2008, el lugar está muy concurrido los fines de semana y al final del día, así que hay que ir temprano para encontrar sitio. O ir entre semana para estar más tranquilo.

Pub con una decoración que recrea el wéstern Río Rojo, película protagonizada por John Wayne, con carteles originales. El interior es bastante cálido, con mesas y sillas de madera, y algunas banquetas de terciopelo verde. En verano disponen de una terraza muy agradable, a pesar de la proximidad del tranvía, para tomar una copa después de un largo día de descubrimientos. Las cervezas son principalmente turcas y belgas. También se pueden comer bocadillos (hamburguesas, alitas de pollo...), algunos kebabs e incluso pescado. El personal es muy amable.

En la planta baja hay un pequeño escenario frente al bar y algunas mesas. La sala tiene capacidad para 120 personas sentadas. Las paredes de ladrillo visto refuerzan el ambiente jazzístico. Casi todos los días actúan músicos en directo (programa publicado en la página web), con estilos de jazz diferentes (clásico, moderno, mainstream...). Se sirve cerveza, cócteles, vino... y también hay servicio de restauración con una sencilla carta a la italiana. La programación es de calidad y el ambiente es juvenil. Venga temprano si quiere sentarse cerca del escenario.

El Misket es, como su nombre indica (Şarap evi), una taberna donde se va a beber vino. Servido en jarras y cubiletes, el vino (tinto) es artesanal y un poco dulce. Aquí uno se siente un poco como en casa, probablemente porque el lugar se presta a ello. Si le pica la curiosidad, entre y suba las escaleras: hay tres pequeños salones distribuidos en tres plantas, con sillones y sofás en los que echarse relajadamente. Además, podrá escuchar buena música alternativa, lo cual no es de extrañar, ya que el bar pertenece al grupo Baba Zula.

Es establecimiento es probablemente uno de los mejores lugares para disfrutar de una buena copa de vino, turco o de otros países, acompañado con un plato de quesos, carnes ahumadas y otros aperitivos. En la carta también hay algunos platos de pasta y carne para los más hambrientos. La acogida es cálida y los camareros están a su disposición para aconsejarle a la hora de elegir el vino. Tenga en cuenta que el lugar es muy pequeño y su reputación está bien asentada, por lo que es mejor llegar temprano. La única desventaja son los taburetes, que son realmente incómodos y a la larga la espalda acaba maltrecha.

Muy popular entre los estudiantes turcos y extranjeros, el Beat es muy frecuentado tanto entre semana como los fines de semana. Los estilos musicales oscilan entre las músicas del mundo y la electrónica, en función de los diferentes escenarios. Podrá elegir entre un ambiente de baile y un ambiente más lounge. No dude en subir a la parte superior, la terraza es muy agradable. Para ser una discoteca, los precios son bastante correctos. En torno a la medianoche o la 1 de la mañana se empieza a llenar, tal vez demasiado, y comienza a faltar espacio para bailar.

A los pies de un árbol centenario, en este establecimiento podrá relajarse y contemplar cómo se extiende la puesta de sol sobre el Bósforo. Los desayunos, almuerzos y cenas que ofrecen son deliciosos. Sirven platos sencillos, como bocadillos, köftes o diferentes pescados. Pero también puede traer su propia comida para hacer un pícnic, aunque debe pedir algo de beber. Una dirección muy recomendable. Para ir, tome un autobús o un dolmuş hasta Çengelköy, y pregunte por Çinaraltı, todo el mundo lo conoce.

Ubicado en un antiguo edificio otomano restaurado con mucho gusto, el Karga (cuervo en turco) se extiende en tres plantas. Un ambiente tenue, lámparas de araña de hierro forjado y vigas vistas, es un lugar con mucho encanto. El programa musical es exclusivamente de rock y se organizan muchos eventos durante todo el año. En invierno se podrá calentar junto a la chimenea. Este barrio, más alternativo que el de Taksim, cada vez está más de moda. Se sirve comida rápida para los más hambrientos. Destacar que, al estar el bar en el sótano, puede parecer un poco cargado.

Este café ofrece un menú que oscila entre dos regiones, en un matrimonio mediterráneo delicioso y fragante: lubina con rúcula y parmesano y su ensalada de hinojo, risotto de queso de cabra, tomates especiados, albahaca y rúcula, sin olvidar las pizzas, la pasta y las especialidades turcas, que no faltan en el menú. La carta de vinos está bien surtida, al igual que la de los cócteles, porque además de restaurante, el House Café es también, y sobre todo, un bar de moda, donde se escucha jazz o música electrónica según va avanzando la noche. Se recomienda reservar.

El establecimiento podría confundirse con un anticuario, pero las mesas de la terraza nos recuerdan que se trata de un café, que además está de moda en el mundo artístico. La decoración, una acertada mezcla de lo antiguo y lo moderno, explica que sea tendencia entre los artistas. Un buen lugar para tomar una copa o comer (no muy local, pero muy sabroso). A pesar de la falta de espacio, todas las plazas son igual de buenas. Carta con influencias italianas y francesas. Desayuno todas las mañanas. El local es muy frecuentado los fines de semana. Buen servicio con atención a los detalles.

No es casualidad que este café-bar lleve el nombre del semanario satírico, ya que es la sede de los famosos dibujantes turcos. Así que no es de extrañar que las paredes, las mesas y las sillas estén cubiertas de páginas de la revista. Ambiente cálido y música rock... Se trata de un buen establecimiento para tomar un té o una copa con los amigos, y posiblemente picar algo. La decoración del establecimiento del mismo nombre situado en Kadıköy también merece un vistazo.

La web turca por excelencia para comprar entradas de espectáculos (teatro, circo, danza, monólogos...), eventos deportivos (principalmente fútbol, baloncesto), festivales de música y conciertos de todo tipo. Para jóvenes y mayores, y en toda Turquía. La mayoría de los grandes centros de conciertos y espectáculos (Zorlu Center, Volswagen Arena) venden sus entradas en esta plataforma. Especializado en ventas en línea desde hace más de quince años, si quiere hacerse una idea de la agenda cultural de Estambul, visite la página web de Biletix.

Uno de los clubs de música electrónica más underground y de moda de la ciudad. Inútil llegar antes de las 2 horas, excepto si es para asegurarse de que puede entrar. El establecimiento cuida tanto su música como su decoración, ideada por famosos diseñadores. Tenga en cuenta que en esta guarida de los hipsters, el uniforme (bigote, gafas gigantes, camiseta ajustada, etc.) es casi obligatorio entre los habituales. No nos gustó la falta de espacio cuando está a tope: es casi imposible llegar a la barra y rápidamente llegas a sentirte oprimido.