TEMPLO DE RAMSES II
Cómo llegar y contactar
El gran templo de Abu Simbel fue obra de Ramsés II. Tardó casi 20 años en construirlo a partir de la roca y en producir esta gran obra maestra arquitectónica de la Antigüedad. Está dedicado a Amón-Ra, el dios más poderoso del culto tebano, a Ra-Harakhty, que domina el culto heliopolitano, a Ptah, el centro del culto de Menfis, y a Ramsés II, el dios divinizado.
El significado político-religioso de este templo es monumental, como si el faraón quisiera reunir aquí los tres cultos de Egipto, cada uno de los cuales tuvo su hora de gloria. Él mismo, divinizándose, a lo que tiene derecho puesto que es el sucesor de Ra, al que sucedieron Shu, luego Gheb, luego Osiris, luego Horus, luego el faraón, cuyo ciclo continúa hasta él, hijo de Seti I, de la XIX dinastía, victorioso en tantas victorias sobre sus enemigos, y constructor de tantos templos dedicados al culto de su sucesor, Ra.
La fachada del templo está precedida por 4 estatuas monumentales de Ramsés II sentado, acompañado por su amada esposa, Nefertari, su madre, Mouttouy, y sus hijos e hijas. Alcanzan una altura de más de 20 m. En el nicho sobre la entrada del templo se encuentra Ra-Harakhty, una figura con cabeza de halcón coronada por un globo solar. Un friso de babuinos completa la parte superior de la fachada.
Un pequeño pasillo conduce a la primera sala hipóstila, sostenida por ocho estatuas osiríes con la apariencia de Ramsés II. A la izquierda, llevan la corona blanca del Alto Egipto y, a la derecha, la doble corona del país unido. Las paredes magnifican las victorias reales, en particular la de Qadesh sobre los hititas.
Se accede a una segunda sala hipóstila con 4 pilares cuadrados, donde el faraón presenta ofrendas a las principales divinidades del panteón egipcio. Un vestíbulo sigue a esta sala hasta el santuario, donde cuatro estatuas sentadas esperan impasibles al visitante de hoy, el sacerdote de Amón en tiempos del faraón. Son los tres dioses principales de los tres cultos y el de Ramsés II.
Varias cámaras excavadas en la roca amplían el templo en diez salas decoradas con bajorrelieves de diferentes colores. El eje de la puerta del templo hacia el santuario se diseñó para que el sol incidiera sobre las estatuas el 22 de octubre y el 22 de febrero de cada año para celebrar festividades muy queridas por Ramsés II.
También se puede visitar la estructura moderna que da al templo, que fue cortada y montada aquí cuando se trasladó antes de la construcción de la presa de Asuán. El contraste es interesante.
Je n'insiste pas sur la première impression ressentie au détour des chemins lorsqu'on découvre les statues de Ramses.
Il faut néanmoins savoir qu'en bus l'excursion est interminable : environ 4 h 30 à l'aller pour a peu près 1h 1h 15 sur place. C'est très rapide et laisse peu de temps pour profiter su site et faire des photos d'autant qu'il y a beaucoup de monde sur un site finalement plutôt petit.
Par ailleurs, les guides n'ont pas le droit de commenter à l'intérieur des temples. Ils restent donc à bonne distance pour leurs explications puis vous laissent quartier libre 1h.
A moins d'avoir un guide exceptionnel sur votre bateau (ce n'était pas notre cas), je ne conseille pas forcément de réserver l'excursion du bateau. C'est très cher. Environ 100 €. J'ai réservé sur un site d'excursion spécialisé. Pour la même prestation (guide francophone + transport en minibus) j'ai payé moins de 30 € + environ 10 € l'entrée sur le site d'où à 5 une sacrée économie. Aucun soucis sur place. Le bus m'attendait à la sortie du bateau. Ce guide n'ayant fait néanmoins que dormir tout le long du trajet, j'aurais mieux fait de ne réserver que le transport. C'était encore moins cher et avec mon petit futé préféré dans la poche, cela suffisait amplement
Il est impressionnant d'imaginer le travail qu'il a fallu réaliser pour ça.
Et bien sûr, très intéressant en tant que monument égyptien.
La durée du transport d'Assouan est moins agréable, mais il faut ce qu'il faut.
La taille,
Les détails et même les couleurs