Guía de viaje Vratsa (Враца)

Antigua ciudad industrial que fue muy próspera bajo el régimen comunista, la ciudad aún conserva los fantasmas de aquella época: altas chimeneas y enormes edificios en desuso. Lejos quedan los días en que Himko, el antiguo imperio agroquímico, daba trabajo a cientos de habitantes. Con la caída del comunismo, la economía de la ciudad se hundió y sus habitantes la abandonaron para mudarse a Sofía o, más tarde, a otros países europeos. Vratsa perdió a parte de sus mejores ciudadanos, pasando de 75000 habitantes a unos 54000, y las infraestructuras se deterioraron. En los últimos años, la ayuda europea ha mejorado mucho la vida cotidiana por lo que respecta al agua, los espacios verdes y el apoyo a la creación de empresas. Los expatriados han regresado al país para crear empresas innovadoras y relevantes en tecnología, por ejemplo, que han devuelto la esperanza y la vida a Vratsa.Es una ciudad pequeña y tranquila situada en un pintoresco paraje a orillas del río Leva, cerca de un gran lago y a los pies de los montes de los Balcanes Vrachanski, no muy lejos de la desembocadura del hermoso desfiladero del Iskar. Ignore la poco atractiva parte industrial de la ciudad. El centro histórico, con sus calles peatonales y algunas reliquias del renacimiento nacional búlgaro, es muy agradable. El Museo de Historia contiene tesoros, en el verdadero sentido de la palabra: los de Rogozen y Vratsa, legados inestimables de la civilización tracia. Vratsa es una buena base para explorar el Parque Nacional de los Balcanes Vrachanski. Hay varios autobuses y trenes diarios a Vratsa.