TEATRO AMAZONAS - ÓPERA
Teatro construido en cuatro años, como símbolo del esplendor de la ciudad durante el ciclo del caucho
El teatro se construyó en cuatro años y se terminó con dificultad el 31 de diciembre de 1896, como símbolo del esplendor de la ciudad durante el ciclo del caucho. Una semana después se estrenó la ópera La Gioconda, del italiano Amilcare Ponchielli.
Las compañías, al igual que los ballets rusos, venían directamente del Viejo Mundo, sin pasar siquiera por Río. Tras el crack de 1929, el teatro fue abandonado y sólo se abrió para fiestas escolares. Fue restaurado a su estado original en 1974 y 1990. Todo es original, excepto el terciopelo de las 701 butacas, y el escenario - se dice que algunos artistas, como el gran Enrico Caruso, quemaron las tablas (aunque este hecho no está probado)... Un leitmotiv se repite, en el mosaico blanco y negro del patio, en los suelos de parqué claros y oscuros, en los dos hombres que rodean a la diosa Lara en el telón del escenario: el Solimões con sus aguas beige se encuentra con el Río Negro con sus aguas oscuras en Manaos y forma el Amazonas. Esta cortina es obra de un brasileño, Crespim do Amaral, que la ejecutó en los talleres de la casa Cairpeson en París, al igual que las pinturas del techo, que representan... la Torre Eiffel vista desde abajo. Entre las columnatas, la cosa es más académica: el arte pomposo celebra a las musas, así como al compositor Antônio Carlos Gomes, autor de la primera ópera brasileña Il Guarany, y acogido triunfalmente por la ciudad y sus habitantes durante los últimos meses de su vida, tras años pasados entre Brasil e Italia. Los cuadros del hermoso salón de baile fueron realizados en Italia. Su suelo es una marquetería de 12.000 piezas. El mármol de las columnas con soportes de hierro inglés procede de Carrara; las lámparas de araña son venecianas. Las máscaras que presiden la asamblea, por encima de las columnas, son la aportación de familias adineradas que tenían un palco privado a cambio. El experto Belisário Arce indica que los mosaicos de la cúpula proceden de Alsacia. Fueron sustituidas en 1984 por otras, menos brillantes, que conservaban el diseño original, inspirado en la bandera brasileña.
Los adoquines del patio que rodea el teatro eran originalmente de goma, para que el ruido de las pisadas no perturbara las representaciones. El patio es también el escenario de la escena inicial de la película Fitzcarraldo, de Werner Herzog, en la que Klaus Kinski interpreta el papel de un barón del caucho loco por la ópera que quiere construir un edificio de esplendor comparable cerca de Iquitos (Perú) para llevar a Caruso al teatro.
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