ABADÍA DE MONTMAJOUR
La abadía de Montmajour es un sitio del Patrimonio Mundial de la Unesco con un complejo conjunto arquitectónico.
En las afueras de Arles, en dirección a Fontvieille, se alza el Mons Major, que domina la llanura inferior del delta del Ródano, aunque sólo tiene 43 m de altura. Esta isla que sobresale de las antiguas marismas alberga la abadía benedictina de Montmajour, un complejo conjunto arquitectónico que da testimonio de casi ocho siglos de historia y arquitectura en Provenza. En primer lugar, al sur, una cavidad natural, la iglesia inicial, apenas acondicionada con un arco en el centro, en la que se dice que entró Santa Trófima. A continuación, siempre al sur, la ermita de Saint-Pierre, parcialmente excavada en la roca. A continuación, el monasterio medieval del siglo XII. La abadía de Notre-Dame, construida en dos campañas, de 1130 a 1150 y luego de 1170 a 1180, ocupa la cima. La nave, proyectada en tres tramos, sólo tiene dos y se detiene en un muro provisional. La capilla de la Santa Cruz, un poco más abajo, se construyó durante la segunda campaña (1170-1180). El claustro data de 1140 y 1290, seguido de la torre de vigilancia que se añadió en los siglos XIV y XV, en la época de las grandes compañías, bandas de saqueadores que asolaban la Provenza, y por último, la parte más reciente, el monasterio de Saint-Maur del siglo XVIII. Degradados durante la Revolución, sus poderosos muros han resistido sin embargo los estragos del hombre y del tiempo. Sus ventanas vacías, su claustro revestido de columnas con capiteles grabados con monstruos medievales, confieren al lugar una atmósfera misteriosa. Comprada por la ciudad en el siglo XIX, esta abadía es hoy Patrimonio Mundial de la Unesco.
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La visite guidée est très interssante avec des anecdotes d'époque pour les amoureux d'histoire je vous la conseille vivement
Magnifique abbaye qui allie la sobriété et la beauté du style roman provençal.
Stature colossale qui donne l'impression de surgir des rochers qui lui servent de base.. Grimpez dans la tour et de là une vue à couper le souffle où vous semblez seuls face à cette immensité , avec les rafales de vent qui vous donnent l'impression de n'être rien face à cette immensité .L'intérieur vaut la peine d'être visité avec tous ces lieux dédales de vie quotidienne des moines.
Comptez plusieurs heures pour tout voir et apprécier.