LA REGINA
A finales del siglo XIX, la aristocracia europea, enmarcada por la dulzura del clima azurano y la belleza del paisaje, se cita en Niza. Sin embargo, en la década de 1880 la reina Victoria de Inglaterra señala que ningún hotel está a la altura de sus exigencias. Una poderosa empresa de explotación de aquella época le promete la construcción de un palacio confortable: el Excelsior Hotel Regina. El trabajo comienza bajo la dirección del arquitecto Sébastien-Marcel Biasini. El edificio es de tipo Belle Epoque y se completará en 1897: grandioso y lujoso, ocupa una superficie de 6.260 metros cuadrados repartida en cinco plantas con una longitud de fachada sur de 104 metros. La reina Victoria se instala enseguida en la ala izquierda: una corona de hierro forjado domina aún hoy sus antiguos apartamentos. En el interior, el palacio es de una gran modernidad: ascensores en todas las plantas, calefacción central, agua caliente, sistema de saneamiento de las aguas residuales… Un magnífico jardín privado de 8.250 metros cuadrados está acondicionado frente al hotel: se accede por una pasarela de mármol y metal tallado que se ve desde la carretera. En este espacio de vegetación, césped, terreno de bádminton y croquet, carril ciclista y invernadero tropical hacen la felicidad de los residentes. El Excelsior Hotel Régina, requisado por el ejército durante la Primera Guerra Mundial y transformado en hospital, es adquirido por una empresa inmobiliaria en 1920 y el edificio se convierte en Hotel Regina. Pero el colapso de la bolsa de valores de 1929 conduce a los administradores del establecimiento a la quiebra: vendidas en subasta, las 400 habitaciones se transforman en 98 apartamentos mientras que los nuevos adquirentes dan al lugar su nombre definitivo, Le Régina. Al llegar al bulevar de Cimiez, se puede admirar una estatua de mármol blanco que data de 1912 y que representa a la reina Victoria que recibe una mezcla de flores ofrecidas por jóvenes. Hoy en día, el edificio suele servir de decoración a numerosos cineastas. Fachadas, tejados, escaleras, terrazas, porche, gran vestíbulo, pasillos y salas secundarias de la planta baja, elementos decorativos (paneles de madera, bloques de cartas, lámparas, helados), pasarela de acceso al jardín por encima de la cruza Regina, jardín (incluidas las fachadas y tejados de la antigua buveda)) y el monumento a la gloria de la Reina Victoria en el dominio público se inscriben desde 1992 en concepto de monumentos históricos.