El alto valle del Roya fue durante siglos la ruta tradicional entre Niza y el Piamonte a través del paso de Tende. Cuando el condado de Niza pasó a formar parte de Francia en 1860, este valle siguió siendo italiano a petición del rey Víctor-Emmanuel, que quería conservar sus cotos de caza en el Mercantour. Pasó a ser definitivamente francesa en 1947.Construida en un bucle del río Roya, Breil cuenta con esta agitada historia e innegablemente con una cultura franco-italiana. Este hermoso pueblecito se extiende hasta los pies del monte Arpette (1.610 m), su muralla defensiva natural. El casco antiguo se abrió a finales del siglo XIX gracias a la carretera que lo unía a Ventimiglia, en Italia, y luego con la llegada del tren. Breil fue durante mucho tiempo una parada en la carretera de la sal, el camino de herradura entre el Piamonte y el Mediterráneo. Ampliado y hecho transitable tras la creación del puerto de Niza, se convirtió en la "Voie Royale" que unía Niza con Turín permitiendo el tránsito de mercancías y promoviendo el desarrollo de los pueblos atravesados. Breil ha conservado las calles estrechas y los pasajes cubiertos (courreou) de la época medieval y la arquitectura ligur, las plazas porticadas, las casas con fachadas de colores, las decoraciones pintadas en trampantojo y los azulejos de los campanarios. Breil fue entregada a Francia en 1860. Las aldeas anexas no se convirtieron en francesas hasta 1947: Libre, famosa por el cultivo de olivos, y Piène-Haute, en lo alto de un espolón rocoso.

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Breil-sur-Roya Guillaume Besnard - Fotolia

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