Paredes gris pizarra con fotos colgadas de los paredes pasando por los platos, todo aquí recuerda a Bretaña. Y se trata de Bretaña, ya que el Kreisker decae una ribera de tortas (a la harina de trigo negro) y de crepes. La lista es impresionante, pero se trata de tortas o crepes de los más sencillos a los más sofisticados, todas ellas de una ligereza aérea. Puedes optar por una simple torta de mantequilla a una "hueva, espinaca, crema" o a una "champiñones, mantequilla de caracol", no te decepcionará. En cuanto a los crepes, la misma constatación: de la crêpa del azúcar con chocolate-naranja, pasando por la caramelo de mantequilla salada, sólo tendrás la molestia de elegir. En este enclave bretón, los precios son razonables. El único inconveniente es que el lugar es muy ruidoso. Entonces, el consejo de novios, si el tiempo lo permite, instale en la terraza, pero recuerda reservar.
Nous avions pris crêpe Nutella banane supplément Chantilly (faite maison) ainsi qu'une crêpe aux pommes caramélisées et amandes.
J'ai enlevé une étoile juste parceque la crêpe n'etait pas assez chaude a mon goût meme si cela n'a rien enlevé à sa qualité.