Restaurante con platos contundentes que invitan a viajar al Mediterráneo oriental, ofreciendo también alternativas vegetarianas
El restaurante puede sorprender por su decoración verde guisante, pero uno se acostumbra rápidamente gracias a su ambiente cálido y colorido. En la carta, las berenjenas ocupan un lugar destacado: como entrante o plato principal, rellenas o no. Los amantes de la carne pueden degustar cordero estofado o brochetas, todo ello acompañado de trigo partido y arroz. Las raciones son generosas y los platos están deliciosamente condimentados. Los vegetarianos también tienen cabida con pan belga y una selección de ensaladas frescas. Todos los productos son frescos y se preparan in situ.
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Accueil très agréable