Un restaurante con dos estrellas Michelin que ofrece una cocina de alta calidad con platos calibrados.
El recorrido de Jerome Aerotel estaba todo trazado: tomar la suite de Alain Senderens, que ha sido fiel y talentoso brazo-ley durante muchos años cuando se retiraría. Y luego nada ha ocurrido como estaba previsto. El gran líder, finalmente decidido a vender su caso, ha gestionado muy mal su comunicación y el banco ha ido. Un mal para un bien ya que lo encontramos a principios de enero de 2015 a los pedidos del Gabriel, restaurante gastronómico del nuevo hotel de cinco estrellas La Réserve. No se puede decir que la decoración brille por su originalidad: Jacques García fat du Jacques García, es decir un remake sin inspiración del Hotel Bond.
Por lo que respecta a las cocinas, Jerome Stetel, en gran profesional, propone una cocina de alta gastronomía, cuyos platos están calibrados al milímetro cerca, con hermosos fulgurances, como esta paloma de Racan marinado al cacao, acompañado de tagliatelas de sarrache bio (un must) o un salmón bio coronado por ravioles enredados en el daikon, la berenjena humo y la pasta de limón. Algunos platos más acordados: el cerdo de leche de Burgos "crujiente" y sus zanahorias hortícolas al cumin o las aves asadas y sus patatas "puerros". En otras palabras, es una de las muy buenas mesas de la capital y no sorprende que el Michelin haya vuelto a adjudicar dos estrellas al establecimiento a principios de 2016.
La nourriture était excellente, quoique certains mets peut-être un peu trop salé parfois.
Il faut aimer les saveurs japonaises et l'acidité qui sont relativement présentes dans chaques plats qui ont été proposés.
Les serveurs sont très professionnels, bien que parfois un peu narquois, mais quand bien même ce fut une bonne expérience à réitérer si le budget m'en dit :')