Capital histórica del sur de Champaña, Troyes es una ciudad de increíble opulencia arquitectónica y artística: profusión de iglesias, antiguas casas con entramado de madera de todos los colores que acompañan a hermosas residencias patricias de piedra, un número creciente de museos (a menudo gratuitos), pintorescas calles y callejones todavía empedrados... El corazón de la ciudad, visto desde el cielo, tiene la forma de un corcho de champán, el que se produce a pocos kilómetros, en las laderas de Montgueux y un poco más allá en la Côte des Bar. Si quiere tener una simple visión general de la ciudad, es allí donde debe ir primero, idealmente al final del día.
¿Cuándo ir Troyes?
¿Cuál es la mejor época para visitar Troyes y disfrutar al máximo de esta joya de la región de Champaña? La mejor época para visitar Troyes es de primavera a otoño. El tiempo es perfecto para pasear por sus calles históricas, visitar sus monumentos emblemáticos y participar en sus numerosos eventos culturales. He aquí lo que puede disfrutar en Troyes según la estación:
Primavera(de abril a junio): la primavera es ideal para visitar Troyes. A partir de abril, la ciudad se despierta con los colores de las flores y un clima suave. Mayo y junio son especialmente agradables, con temperaturas moderadas y menos turistas que en pleno verano. Es la época perfecta para pasear por el centro histórico o descubrir las famosas vidrieras de la región sin aglomeraciones.
Verano (de julio a agosto): julio y agosto marcan la temporada alta del turismo en Troyes. Las temperaturas son más altas, pero agradables. Es época de festivales y eventos al aire libre, como las Foires de Champagne en junio y las diversas actividades que ofrece el Parque Natural Regional de la Forêt d'Orient. A pesar de estar más concurrida, es una época dinámica para descubrir la ciudad en toda su viveza.
Otoño (de septiembre a octubre): septiembre y octubre son magníficos en Troyes. La ciudad se engalana de colores otoñales y el clima sigue siendo suave. Menos turistas, más autenticidad en su descubrimiento de Troyes. También es un buen momento para los amantes de la gastronomía, con la vendimia del champán y la posibilidad de participar en catas de vinos locales.
Invierno (de noviembre a marzo): aunque más frío y a veces nevado, el invierno en Troyes tiene su encanto, sobre todo en diciembre, cuando los mercados navideños iluminan la ciudad. Los precios son más bajos en temporada baja, por lo que es una buena opción si quiere evitar las multitudes y disfrutar de Troyes desde otro punto de vista. Enero y febrero son más tranquilos, pero estos 2 meses ofrecen un momento de calma para admirar la arquitectura gótica de la ciudad bajo un manto de nieve.